Un revuelto de ideas, pensamientos, y de todo un poco. Producto de una mente absurda y un poco loca.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

AHORA SI QUE SE ACABÓ EL VERANO

Estoy muy triste, el verano ya se nos fué.

Ya por mucho que salga el sol serán rayitos tristones, que calentaran sin alegría. Vuelven las mangas largas, los pantalones largos, jerseis, chaquetones, abrigos... Y como no, los dichosos paraguas(ya, ya, la lluvia es necesaria, pero, ¿no podría llover de noche sólo?).

Mira que me caen mal los paraguas. Casi tanto como los políticos. Estorban cuando no hacen falta, pero no puedes dejarlos en casa por si llueve. Y fijo que llueve si te los olvidas. Que lo más normal es que los olvides en cualquier sitio. Ya pueden ser grandes, que los dejas colgados de una silla mientras acabas lo que estés haciendo(banco, café, o la oficina de desempleo), y cuando ya has terminado te olvidas que lo llevas. Y luego no te acuerdas de él, hasta que caen las primeras gotas, que no sé porqué siempre caen cuando estás lejos de donde te dejas el paraguas. Y a volver por él, claro. Mojándote, por supuesto. Y si hay suerte te lo han guardado. Si no, tienes que salir corriendo al chino más próximo a por uno de esos que caben en el bolso y que son muy muy endebles.
Tanto que al primer golpe de aire pasa de ser un paraguas a un embudo. Algunas veces lo puedes volver a su ser, pero si el aire viene con mala uva, seguro que se ha roto una varilla y ya lo puedes tirar al contenedor (no se a cual, por cierto, ¿amarillo o verde?), Además que los contenedores están siempre bastante cerca del chino,¿por qué será?

En fin, que me da coraje que se acabe el verano, que me encanta aunque sude como un cerdo(se dice así, ¿no?, nunca he visto a un cerdo sudar si no es en dibujos animados), aunque se me hinchen los tobillos(las piernas en general), porque el verano es alegría.

Es la estación más alegre del año, las nenas están de vacaciones, todo el día en casa. Vale que se pasan casi todo el día peleándose, por tonterías porque son pequeñas, pero discutiendo como locas. Pero eso es sólo a ratos, los otros ratos están en el patio bañandose en la piscina. Es pequeña y de plástico pero se lo pasan pipa. Y poniendose negras como tizones.

 En verano parece que los problemas son menos problemas. Es como si la luz los empequeñecieran. Será que hay más horas de día y por tanto más posibilidades de salir y hablar y enterarte de cosillas. La gente es más elocuente, se para, te preguntan, te cuentan, hay más turistas(no es que seamos un referente turístico pero la crisis se ha notado, este verano había muchas más personas en el pueblo, se ve que es más barato veranear en casa de los abuelos que en un hotel de 3 estrellas).

También está la ventaja de la ropa, al ser más ligerita los armarios están menos llenos, (por mucha ropa de verano que tengas, no abultan lo que 5 jerseys, 2 chaquetones, 3 chaquetas, y varios pantalones)
Es verdad que el verano es más exibicionista, es como un gran desfile de modelos, sólo que de todas las tallas. Hay para todos los gustos, gordos, flacos, con tabletas en los abdominales, con varias tabletas en la barriga(de chocolate, obviamente)...

En verano hasta la cerveza está más buena, te la tomas de dos tragos por muy fría que esté, el sabor es distinto, te calma la sed, y si es en compañía, está más buena todavía, ya que el verano es propicio para estos encuentros cervezas/amigos. Y en la terracita del bar, ¿eh?, que entonces la cerveza sabe el triple de buena.

Podría hablar de más cosas buenas del verano: los helados, los paseos de noche, las reuniones al fresco sentados en la acera de casa, la playa(el que pueda ir, claro), la sandía, el melón, los melocotones, los tomates de huerta, el gazpacho, el salmorejo con tortilla de patatas....

No, no me gusta el invierno, me he autoconvencido. Quiero que me toque la lotería para irme a un país con verano todo el año(existe, ¿no?). No quiero paraguas, ni abrigos, no quiero que den las 6 de la tarde y sea de noche, no quiero cruzarme con la gente y solo poder saludar con la cabeza porque tenemos la boca tapada con la bufanda y hace tanto frío que no puedes pararte ni 5 minutos. No me gusta la sopa de fideos, ni el brasero que me quema las piernas pero del que no me puedo apartar porque estoy aterida de frío.


Ha quedado claro, ¿no?, NO me gusta el invierno, SI me gusta el verano.


 Saludos





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