Un revuelto de ideas, pensamientos, y de todo un poco. Producto de una mente absurda y un poco loca.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

RUTINA RUTINARIA

Y seguimos adelante con el Otoño. Con sus lluvias, sus nublados y tormentas, sus cortas horas de sol(y lo que nos queda, claro), los purés de verduras, las sopas, los guisos calentitos,(me repito, ¿no?).  los madrugones para el cole, y los deberes de después.

Y esto señores es lo peor del Otoño. Si, los deberes.

Tengo dos nenas, una en 3º de primaria, y la otra en 1º de secundaria.

Si ya de por si el cambio de E.G.B a primaria y secundaria me parece algo (...), se me hace más cuesta arriba teniendo en cuenta que soy de la E.G.B., y de B.U.P.
Los dos primeros años de primaria a los niños les dan los libros autocompletables, o sea que hacen los deberes escribiendo en ellos, con los huequitos para las respuestas y eso. Casi no usan libretas, con una chiquita les sobra, porque no hacen deberes fuera de los libros, y si acaso los profesores les ponen alguno para complementar las tareas. Tambien leen mucho y copian y hacen dictados. Y ya está.
En el 2º ciclo van trabajando algo más, todavía no les mandan muchos deberes a casa(aunque eso depende del profesor que les toque, claro), y ya usan material más sofisticado, como bolígrafos y libretas de cuadros en mates. Y hacen controles, cosa que no hacían en los dos cursos anteriores.
Y en el ciclo 3º, que son 5º y 6º,  ya trabajan a tope, deberes y estudiar muchísimo, preparandose para secundaria.
Ah, y lo principal, excepto los de 1º y 2º, los libros los da la Junta de Andalucía, a través del cole, y son de 2ª mano, sobre todo desde hace 2 años que llevan 7 sin cambiarlos por los recortes.

En tiempos de E.G.B., la cosa era muy distinta. Desde 1º, tenías un montón de libracos gordos que no podías escribir por si pasaban a tu hermano o primo, o los vendías para comprar los del curso nuevo. Esos libros olían a nuevo, Abrirlos era un lujazo si los estrenabas tú(como era mi caso, que soy la mayor de 4), Las puntas no estaban dobladas, las pastas crujían al abrirlas para forrarlos, y no había subrayado ni ejercicios marcados.
La técnica de estudio era parecida, los profesores explicaban, te mandaban deberes en clase y un montón para casa. Y sobre todo estudiar, y mucho. Y al día siguiente te preguntaban.

Ya en Secundaria la cosa cambia, como cambiaba para Bachillerato. Solo que ahora los niños van al instituto con 12 años y nosotros íbamos con 14.
Siguen prestando los libros, así que la magia de estrenarlos no existe.
En cuanto al ritmo de trabajo, parecido al nuestro, aunque a nosotros no nos controlaban las libretas para ver si estaban limpias o no. Casi todo era por apuntes, y los profesores se limitaban a explicar y mandar ejercicios, que luego corregíamos en clase. Todos los días había un montón de deberes y apuntes  que estudiar.
Mi hija, no trae tanto trabajo, les explican y mandan deberes, algunos les da tiempo a hacerlos en clase y eso que nos ahorramos su padre y yo(con la peque igual), apuntes pocos, las libretas se las revisan y los ejercicios se los corrigen los profesores uno a uno,(nosotros nos apañabamos solos, así pasaba que copiabas mal un ejercicio y al estudiar te volvías loco porque no te cuadraban las cuentas). Estan como más vigilados,  Les facilitan tanto las tareas que a no ser que sean nenes con las ideas muy claras y responsables, no saben desenvolverse ni con los folios. Y lo peor es que intentas aconsejarles dado que has pasado por el mismo trance, y no te escuchan, porque se sienten super mayores. No te aceptan ni los truquis que usabamos para escribir recto en folios en blanco, o para coger apuntes más rápido y limpios. O como ahorrarles a los papas unos euros comprando una carpeta con separadores y un paquete de folios para todas las asignaturas, en vez de una libreta para cada una(además de las caras, que son mejores), además de ahorrarse dolores de espalda por tener que llevar 6 libros con sus respectivas libretas todos los días.
Con eso mi hija ha tenido que dar marcha atrás(después del gasto, claro), porque al tercer día no podía con tanto peso, y eso que no llevaba libros todavía. Se dió cuenta tarde de que tenía que haber hecho caso a su madre, y comprar solo folios.
Lo siento por ella, pero se ha tenido que arreglar cortando las libretas y convirtiendo sus hojas en folios sueltos. Y lo siento por mí que es la que ha hecho el trabajo porque rompía más hojas de las que arreglaba.

Y acabo ya con el tema material  escolar.

Retomo lo que hablaba en un principio, los deberes.
Empezamos cuando recogemos la mesa de la comida, y no sé como acabamos poco antes de la cena, que suele retrasarse hasta que acaban. Y da igual si traen pocos o muchos. Si son muchos tardamos lo que tardamos. Pero si son pocos se alargan porque en mi casa hay muchas musarañas con que entretenerse. Y ya si hay que estudiar puedes desesperarte.
Pero lo mejor es que necesitan que les ayuden y menos mal que su padre y yo todavía abarcamos lo que estudian, no sé cómo se las van a apañar como estudien algo universitario, porque los deberes los hacemos nosotros. Y como te confundas en algo se enfadan porque lo llevan mal hecho.
Y yo que creí que no iba a tener que ver unos deberes más en la vida.

En fin, rutina hasta Junio, que acabe el curso.


martes, 23 de septiembre de 2014

OTOÑO, FUERA CALOR, DENTRO FRÍO, LLUVIA.....

Hoy no ha llovido, aunque ayer si que estuvo todo el día lluvioso, y eso me entristece.

Sin embargo, contra todo pronóstico, hoy no ha hecho frío, incluso cuando ha salido el sol he tenido calor.
Claro que yo en cuanto me muevo un poco ya tengo calor, cuesta mucho mover toda la masa que representa mi cuerpo.

Y es que hoy he ido al huerto, después de más de un mes que no iba.

Pero tenía que ver como va todo, mi marido ha plantado coles, coliflores y lechugas, y ya estamos planteando las zanahorias, habas, cebollas, y ajos.

También sembraré acelgas, que viene muy bien y aguantan el invierno.

He hecho recogida de berengenas, blancas y negras, de pimientos rojos, que ya he asado.
También he traído calabacines, acelgas, y granadas.

Granadas he traído una bolsa llena, pero de las grandes. Lo que no se que voy a hacer con ellas porque aparte de con azúcar y zumo, no se qué otra utilidad darle.

Voy a mirar por la red y a ver qué me sale.

Saludos

miércoles, 17 de septiembre de 2014

AHORA SI QUE SE ACABÓ EL VERANO

Estoy muy triste, el verano ya se nos fué.

Ya por mucho que salga el sol serán rayitos tristones, que calentaran sin alegría. Vuelven las mangas largas, los pantalones largos, jerseis, chaquetones, abrigos... Y como no, los dichosos paraguas(ya, ya, la lluvia es necesaria, pero, ¿no podría llover de noche sólo?).

Mira que me caen mal los paraguas. Casi tanto como los políticos. Estorban cuando no hacen falta, pero no puedes dejarlos en casa por si llueve. Y fijo que llueve si te los olvidas. Que lo más normal es que los olvides en cualquier sitio. Ya pueden ser grandes, que los dejas colgados de una silla mientras acabas lo que estés haciendo(banco, café, o la oficina de desempleo), y cuando ya has terminado te olvidas que lo llevas. Y luego no te acuerdas de él, hasta que caen las primeras gotas, que no sé porqué siempre caen cuando estás lejos de donde te dejas el paraguas. Y a volver por él, claro. Mojándote, por supuesto. Y si hay suerte te lo han guardado. Si no, tienes que salir corriendo al chino más próximo a por uno de esos que caben en el bolso y que son muy muy endebles.
Tanto que al primer golpe de aire pasa de ser un paraguas a un embudo. Algunas veces lo puedes volver a su ser, pero si el aire viene con mala uva, seguro que se ha roto una varilla y ya lo puedes tirar al contenedor (no se a cual, por cierto, ¿amarillo o verde?), Además que los contenedores están siempre bastante cerca del chino,¿por qué será?

En fin, que me da coraje que se acabe el verano, que me encanta aunque sude como un cerdo(se dice así, ¿no?, nunca he visto a un cerdo sudar si no es en dibujos animados), aunque se me hinchen los tobillos(las piernas en general), porque el verano es alegría.

Es la estación más alegre del año, las nenas están de vacaciones, todo el día en casa. Vale que se pasan casi todo el día peleándose, por tonterías porque son pequeñas, pero discutiendo como locas. Pero eso es sólo a ratos, los otros ratos están en el patio bañandose en la piscina. Es pequeña y de plástico pero se lo pasan pipa. Y poniendose negras como tizones.

 En verano parece que los problemas son menos problemas. Es como si la luz los empequeñecieran. Será que hay más horas de día y por tanto más posibilidades de salir y hablar y enterarte de cosillas. La gente es más elocuente, se para, te preguntan, te cuentan, hay más turistas(no es que seamos un referente turístico pero la crisis se ha notado, este verano había muchas más personas en el pueblo, se ve que es más barato veranear en casa de los abuelos que en un hotel de 3 estrellas).

También está la ventaja de la ropa, al ser más ligerita los armarios están menos llenos, (por mucha ropa de verano que tengas, no abultan lo que 5 jerseys, 2 chaquetones, 3 chaquetas, y varios pantalones)
Es verdad que el verano es más exibicionista, es como un gran desfile de modelos, sólo que de todas las tallas. Hay para todos los gustos, gordos, flacos, con tabletas en los abdominales, con varias tabletas en la barriga(de chocolate, obviamente)...

En verano hasta la cerveza está más buena, te la tomas de dos tragos por muy fría que esté, el sabor es distinto, te calma la sed, y si es en compañía, está más buena todavía, ya que el verano es propicio para estos encuentros cervezas/amigos. Y en la terracita del bar, ¿eh?, que entonces la cerveza sabe el triple de buena.

Podría hablar de más cosas buenas del verano: los helados, los paseos de noche, las reuniones al fresco sentados en la acera de casa, la playa(el que pueda ir, claro), la sandía, el melón, los melocotones, los tomates de huerta, el gazpacho, el salmorejo con tortilla de patatas....

No, no me gusta el invierno, me he autoconvencido. Quiero que me toque la lotería para irme a un país con verano todo el año(existe, ¿no?). No quiero paraguas, ni abrigos, no quiero que den las 6 de la tarde y sea de noche, no quiero cruzarme con la gente y solo poder saludar con la cabeza porque tenemos la boca tapada con la bufanda y hace tanto frío que no puedes pararte ni 5 minutos. No me gusta la sopa de fideos, ni el brasero que me quema las piernas pero del que no me puedo apartar porque estoy aterida de frío.


Ha quedado claro, ¿no?, NO me gusta el invierno, SI me gusta el verano.


 Saludos





viernes, 5 de septiembre de 2014

Y PARA DESINTOXICAROS DEL TOCHO DE ANTES.....

Os voy a poner unas fotitos de mis manualidades: fofuchas, pulseras, todo lo que veo intento repetirlo.

Espero que os gusten.



















Y TAL COMO VATICINÉ.......

Llegó el lunes 1 de septiembre y ..... No he empezado a dieta¡¡¡¡ BIEEEEEN.

Bueno, no es que sea bueno, es que era previsible. En fin, para todo hay que estar preparados. Y yo necesito convencerme, mentalizarme, encontrar fuerza de voluntad. He ido al súper a por ésto último y no había, no sé si estaba agotado el producto, o descatalogado. No me lo han sabido averiguar.

Y es que ponerse a dieta no es tan fácil como parece. Al menos para mí. Soy comedora compulsiva. Además soy una comedora emocional. Y eso que eeeeeee?? me preguntareis.
Pues que yo me atiborro de comida dependiendo de mi estado emocional.
Si estoy deprimida, como, si estoy triste, como, si estoy preocupada, como. Si me aburro, como, si me enfado, también como.

Es complicado. Para mi, al menos. Porque para el que no tiene este problema siempre es fácil.
Es odioso escuchar los consejos de los delgados sobre cómo tengo que comer(para adelgazar hay que pasar hambre, eh??), lo que tengo que hacer(cuando te entre la melancolía o el aburrimiento te vas a pasear, veras como no comes), hasta lo que tengo que pensar(se positiva, si quieres, puedes).

La verdad es que es mi asignatura pendiente, se que depende de mí, que soy la única que puede obligarse a levantarse del sillón y echar a andar. Que es lo más complicado, empezar a moverse. Motivaciones no me debían faltar, tengo dos hijas preciosas y estupendas por las que debía animarme, y un marido que me apoya en todo o casi todo. (Digo casi todo, porque le he dicho que se ponga a dieta conmigo y no quiere, así que es el casi que me falta.)

Con respecto a mi compulsión es más difícil de llevar. Cuando me dan esos ataques no pienso. Imagino cómo se debe sentir un adicto a las drogas o al alcohol, porque yo soy una adicta a la comida. Me da igual la que sea, dulce o salada, cruda o cocinada, verduras, carnes o pescados. Cuando me da ese ataque no pienso en qué comer, sólo como. Abro el frigo, el armario, el horno, y la basura si hace falta. Si, si. La basura, si no tengo nada en los demás sitios, miro lo que ha sobrado de la comida o cena, y que hemos tirado. Y me pongo a comer como si no hubiera un mañana,  a dos manos, la boca llena, tragando a veces sin masticar, incluso llorando.

Horroroso, verdad?? Pues imaginad para mí. Cuando ya estoy atiborrada, y mi cabeza lúcida y me doy cuenta de la barbaridad que acabo de hacer. A veces hasta el estómago me duele tanto que tengo que vomitar. No siempre, si no, no tendría este problema de obesidad mórbida.

Se dice que las adicciones son enfermedades, sin embargo, la adicción a la comida no está considerada como tal por la gente en general. Así como a un alcohólico o drogadicto se le suele tener pena, a un/a gord@(vamos a llamarlo por el nombre que todo el mundo tiene en mente) con este problema se le considera que tiene la culpa de estar así. Todo el mundo critica a los/las gord@s, se permite decir que son asquerosos, se ríen de ellos, y si además tienen alguna enfermedad consecuencia o no de su gordura, se piensa que se lo ha buscado.

No hay tregua para un/a gord@: no se puede dejar de comer porque te morirías de inanición, así que se prueban mil y una dietas, todas fracasos absolutos. Tampoco la moda acompaña mucho, si quieres ir acorde a tu edad y peso, necesitas una nómina y media porque la moda para gord@s es cara. Y si no irás acorde a tu peso pero no a tu edad, porque los fabricantes de ropa de saldo han relacionado gordura con ser muy mayor y hortera.

Las dietas son otro caso aparte. A día de hoy los/las gord@s somos un negociazo. Cuántos genios no se han hecho de oro inventando dietas de lo más raras, nada científicas pero que si parecen médicos los que las escriben o avalan son la leche. Y siempre caemos, o bien con la promesa de perder peso en poco tiempo o de no pasar hambre.(Lo único que perdemos es dinero, tiempo, esperanza y a veces la salud)

A día de hoy, sólo dos métodos me han servido para algo, y no son ninguna fórmula mágica, puesto que los dos se basan en lo mismo, comer menos y moverte más.

Uno es el método de los puntos. En principio llamada Weight Watchers, ahora Entulínea, y que además complementan ayuda grupal(que es justo lo que un/a gord@ necesita, hablar de su problema y comprensión por parte de gente que pasa por lo mismo). El método es lioso en un principio pero cuando llevas un tiempo está bien. No te prohibe ningún alimento(la pesadilla de un/a gord@), y hay muchos alimentos que no son necesario pesar, casi la mayoría, lo que la hace muy atractiva.

El otro es el método de La Báscula, un programa de Canal Sur, que ya va por la 3ª temporada, y que enseña los hábitos saludables que todos deberíamos seguir: dieta saludable y ejercicio.
Es más fácil que el anterior, porque no tienes que contar puntos, aunque si tener cuidado con las cantidades que se come y andar pesándolo todo.

De todos modos, aunque son dos métodos para mí muy recomendables, tengo que reconocer que también han generado un negocio. El primero es negocio en sí, ya que para hacerlo bien es recomendable apuntarse a las reuniones, comprar el método y demás. Lo bueno es que da resultado.
El segundo, es un programa de la tele, pero también han puesto a la venta los libros, aunque no son tan caros, y el programa ayuda mucho. También en el blog de Canal Sur, hay acceso a los expertos, y menús.

Yo reconozco que  tengo  ambos métodos(así como libros de cien mil dietas más, a ver si se hace el milagro desde la librería), y quiero ponerme manos a la obra. No se ni cuando, ni como, pero quiero y debo.

En cuanto encuentre en el súper la dichosa fuerza de voluntad.

Besos

martes, 2 de septiembre de 2014

Septiembre llegó....

Ya terminó el verano. No oficialmente pero si se notan los días más cortos y el sol menos luminoso.

También me ha cambiado la situación, ya conté que cuidaba de una abuelita con alzheimer, ya estaba encamada desde hacía tiempo.
 Empecé con sus cuidados hace 2 años y medio, y para mí ya no era sólo un trabajo, le había cogido mucho cariño y era como un familiar.

Pues este sábado murió mi viejita. Era una luchadora porque  en este último año que ya no salía de la cama había pasado mucho: infecciones, bronquitis, escaras, rotura de cadera, en fin, mucho, mucho. Sin embargo, y contra todas las previsiones médicas, ella aguantó y lo superó todo.

Pero esta semana pasada sus pulmones ya no aguantaron más. Sufrió un colapso en uno, y ese cuerpo aguantó 3 días hasta que todos los que estuvimos junto a ella nos pudimos despedir. Y se nos fué.

No la conocí antes de su fatal enfermedad, ya estaba muy desmejorada, pero si que recordaré el primer año que trabajé con ella, que todavía la levantábamos de la cama para que comiera y viera la tele un ratito, haciendo compañía a su fiel marido. Entonces de vez en cuando tenía momentos de lucidez o de inocencia infantil, y me miraba y me decía: uis que gordaaaa. Yo me reía y la comía a besos y su marido la reñía como se riñe a un niño chico que te señala y te dice lo mismo.
Otras veces me sonreía y a su marido, y le reconocía y le llamaba papa. Son muchos días de recuerdos unas veces buenos y otras no tanto, como cuando se atragantaba al comer o se pasaba la tarde llorando.

Mi querida Justa, a pesar de no haberte conocido lúcida, tu fortaleza y tu recuerdo me acompañará siempre. Contigo aprendí mucho, sobre todo paciencia y comprensión.

Sólo espero que allá donde estés, ya hayas encontrado la paz que tanto necesitabas.

Un beso